Te desvelaste trabajando en el ordenador. Esa noche dormiste solo cuatro horas, y aunque a algunas personas les es suficiente, tú eres de los que necesitan mínimo seis para poder rendir en tu jornada. Por eso pensé en no despertarte, me debatí entre quedarme indiferente o soportar tu mal humor por llegar tarde, pero faltando solo quince minutos para tu hora de entrada al trabajo, con un beso te di los buenos días, al abrir los ojos miraste el reloj que colocaste en la pared justo frente a la cama y con un brusco movimiento te incorporaste para tomar posesión del baño, y lavarte. Te vestiste torpemente por que eso de hacer las cosas a toda prisa no es lo tuyo, te conviertes en el ser más torpe del planeta. A las siete cincuenta y nueve te despedí con un abrazo y dije al oído: “no corras, ponte el casco”, contestaste con un monosílabo y marchaste. No sé cuanto tiempo había transcurrido desde tu partida cuando sonó el teléfono, mi corazón dio un vuelco y horrorizada miré el aparato, ¡lo sabía!, ¡pero si lo pensé!, presentía que iba a suceder, que me llamarían para avisarme que en tus prisas habías tenido un accidente, ¡maldita Vespa!, ¡no debí despertarte, ahora estarías dormido tranquilamente y no muerto!
¿Qué voy a hacer sin ti?, eres mi mundo y mi razón de vivir, te amo tanto.
El insistente timbre continuaba reclamando, mi mano temblorosa tomó el auricular, con voz apagada pronuncié: ¿Diga? Los instantes me parecieron eternos hasta escuchar la respuesta, tardé unos segundos en reconocer tu voz:
- Cariño, tengo cuarenta y cinco minutos libres, ¿desayunamos juntos?
Ro
Te invito a leer otro de mis cuentos: "Porecito Mío"
Me asombra tu capacidad de dar esa profundidad a tus escritos. Siento no pasarme tan a menudo a visitarte.
ResponderEliminarUn abrazo, Ro.
Pufff me hiciste sufrir por un momento, conozco esa sensación de incertidumbre en algunos momentos cuando recibes una llamada y sientes pánico de cogerla y poder recibir una noticia así.
ResponderEliminarMe gustó
besitos
Antares: Esa parte del cuento que comentas de "sufrir, incertidumbre, pánico", se llama 'nudo'- el final donde resulta que no es lo que se creía, que no concluye como parece que será; a eso se le llama 'final sorpresivo'- bueno y la introducción que te ubica en el contexto de la historia.
ResponderEliminarEs un cuento sencillo, celebro que te haya gustado.
¡Feliz finde!
Ro
Astragalo: Gracias por tus palabras...
ResponderEliminar¿Qué tal de finde?, y ¿la reunión de amigos?, ¿has hecho fotos?, ya me contarás.
Besos
Ro
Que lección más bella¡ Me has tenido con el corazón a trote... menos mal que el final ha sido de los más gratificante.
ResponderEliminarUn besiño,
Rosa María.
Nota: Me encanta la nueva presentación de tu blog.
Querida Rosa María: Gracias por tu comentario; el cuento nos retrata ¿verdad?, como la cabeza se dispara y nos comemos el coco jejeje Este cuento está basado en una experiencia real.
ResponderEliminarEste espacio es tuyo también, celebro que te guste.
Mi cariño
Ro
Menuda vuelta le diste a la historia, Ro. Nos encantó ese regusto a vida que nos dejaste al final.
ResponderEliminar¡Saludetes gatunos!
La Gatera: Un placer verte por este espacio. Si que le di la vuelta a la historia jeje
ResponderEliminarhay finales lindos, otros menos afortunados para los protagonistas, pero este narra a manera de cuento una vivencia mia, así que... tenía que terminar con ¡regusto a vida!
Abrazos a Noa, Elmo y beso especial para ti mi querido Rumbo.
Ro
Uffff, Ro, qué angustia hasta llegar al final, qué mal lo he pasado...
ResponderEliminarCati: Como autora de esta historia, celebro haberte podido atrapar con la narrativa jejeje - desde luego lamento hacerte pasar un mal rato-, pero mira que bien termina jejeje
ResponderEliminarMi cariño
Ro