"Sentirse demasiado alegre y demasiado triste son similares. Ambos sentimientos se alejan en igual medida de la ecuanimidad. Ambos finalizan. El primero, al hacerlo nos traerá gran tristeza por haber perdido la agradable sensación. El segundo nos llenará de alegría por haber logrado finalmente salir de la tristeza. Así deambulan siempre como péndulos de placer y de dolor en nuestras vidas. Mientras no logremos la ecuanimidad. El día que nuestro péndulo sentimental se aquiete definitivamente en su caída vertical, la alegría y la tristeza habrán desaparecido para siempre de nuestras vidas. Entonces la felicidad de no estar ya a expensas de vaivenes sentimentales nos traerá la paz necesaria que nos permita descubrir el genuino sentido de la vida"
Rudy Spillman
El genuino sentido de la vida está centrado en el amor. Una vez este sentimiento nos ensanche el corazón, tendremos la capacidad de sufrir el dolor dado lo mitigaremos en los brazos del amigo, madre, hermano o de ese fiel animalito que neutralizará nuestro sufrir a través de su propia piel. Por un mundo de amor (medicina de cordura) para saber vivir en unos momentos que los valores pierden color.
ResponderEliminarMi abraciño de amor,
Rosa María
Hay que encontrar el equilibrio ambos extremos son malos, hay que encontrar un punto intermedio para poder disfrutar de todos los momentos de la vida.
ResponderEliminarun beso
Rosa María: Es un gusto leerte. coincido y complemento diciendo que en el equilibrio esta la clave.
ResponderEliminarMuchos abrazos
Ro
Antares: Asi es, la cuestión es saberlo hacer, vamos y en una primera instancia, al menos enterarse de que ¡somos pendulares!
ResponderEliminarCariños, gracias por tus palabras
Ro