jueves, 26 de enero de 2012

Escribir Cuento de Terror 4


El recurso del lector

Joan Escudé González


Son muchas las ocasiones en que un autor deja parte de su narración a la libre imaginación del lector. Aunque los motivos y usos pueden ser diversos, se pueden identificar claramente dos de ellos:

-El final abierto
-Lo imposible de describir

Incertidumbre en el desenlace. El final abierto.

La duda es un recurso muy utilizado y clasificado por Todorov como el verdadero creador de lo fantástico. Ésta se produce cuando, una vez el lector ha acabado de leer el relato, hay una vacilación entre las posibles explicaciones que pueda tener la fantástica historia que nos ha relatado el cuento. El autor ha creído oportuno que el propio lector escoja la explicación que más le satisfaga para construir el verdadero desenlace y final explicación de la composición. Cuentos como "¿Quién sabe?", de Maupassant, "La Venus de Ille", de Merimée y por descontado la famosa y genial obra de Henry James "La otra vuelta de tuerca", ejemplo ideal de lo fantástico de Todorov.

En algunas ocasiones, sin embargo, ni tan siquiera esa duda es posible, pues el escritor no desarrolla ningún tipo de posibilidad para una hipotética conclusión y desenlace. Es en estas ocasiones cuando el lector debe hacer un mayor esfuerzo por inventar él mismo una explicación convincente y no quedarse a medio relato. En este caso, la utilización del autor es, en cierto modo, negligente, ya que permite al lector realizar lo que es su trabajo, pues en el caso de la duda, el escritor crea indirectamente numerosos desenlaces posibles; por el contrario, en el segundo uso del recurso, el autor omite cualquier tipo de desenlace, terminando el relato en el nudo de la historia. Son cuentos inconclusos de este tipo "El número 13" de M. R. James y "La música de Erich Zann", de Lovecraft, aunque en algunos casos la voluntad de la narración es tan solo exponer unos hechos que sucedieron, de forma que no se debe esperar ningún desenlace o resolución al enigma, pues ésta, seguramente, no existe o se desconoce.

Omisión en las descripciones

En este caso, el recurso se da cuando el autor, en las descripciones de personajes, sensaciones, espacios, estados, etc. recurre al hecho de que son tan horripilantemente indescriptibles que las palabras no bastan para transmitir el enorme terror que producen.

Ilustrémoslo con el final de "La declaración de Randolph Carter"4, de H. P. Lovecraft:

Después de eso, se hizo un silencio. No sé durante cuantísimo tiempo permanecí allí sentado, sumido en un negro estupor, murmurando, mascullando palabras, llamando, gritando en el teléfono. Una y otra vez, durante una eternidad, susurré, llamé, grité, chillé:

-¡Warren! ¡Warren! Contéstame, ¿estás ahí?

Y entonces llegó hasta mí el más absoluto horror, lo increíble, lo imposible, lo abominable. He dicho que me había parecido una eternidad el tiempo transcurrido desde que oyera por última vez la desgarrada advertencia de Warren, y que durante ese tiempo sólo mis propios gritos habían roto el espantoso silencio. Pero al cabo de un rato, sonó un nuevo clic en el receptor, y pegué el oído para escuchar. Llamé de nuevo:

-¡Warren! ¿Estás ahí?

Y en respuesta, oí lo que ha provocado estas tinieblas en mi espíritu. Ignoro por completo a qué criatura pertenecía aquella voz, y tampoco puedo describirla con detalle, puesto que las primeras palabras me dejaron sin conocimiento y provocaron una laguna en mi memoria que dura hasta el momento en que desperté en el hospital. Vagamente, puedo decir que la voz era profunda, hueca, gelatinosa, lejana, ultraterrena, inhumana, espectral. Pero esto no da idea de aquella voz. Esto es el final de mi experiencia, y aquí termina mi relato. Oí la voz, y ya no me enteré de nada más. La oí allí, sentado, petrificado en aquel cementerio desconocido de la hondonada, rodeado de lápidas leprosas y tumbas desmoronadas. Allí, en medio de una vegetación putrefacta y vapores corrompidos, oí claramente la voz que brotó de las recónditas profundidades de aquel impuro sepulcro abierto, mientras en torno mío seguían danzando sin forma unas sombras necrófagas, bajo la luna menguante.

Y esto fue lo que dijo:

-¡Idiota, Warren ya está muerto!

En este cuento, jamás sabremos qué es lo que pudo ver Warren en las profundidades de esa tumba. Es algo que no se puede describir con palabras y que nosotros debemos crear. Mediante el uso de este procedimiento, el escritor crea una imagen absolutamente más aterradora de lo que nunca había podido llegar a imaginar y transcribir al papel, ya que la imaginación de la persona tiene muchos más recursos creativos que cualquiera de las lenguas en que se puede escribir.

El empleo de esta técnica es bastante moderno y fue muy utilizada por Lovecraft, que en uno de sus relatos la llevó a ser el centro de la trama. En el cuento titulado "Lo innombrable", un joven y su amigo discuten acerca de una leyenda que explica que en una vieja casa del siglo XVIII habita un ser indescriptible e innombrable debido a sus horribles formas y demás características físicas. Es curioso que en el relato se haga alusión, en el contexto de un hombre que habla a un escritor aficionado amigo suyo, a la puerilidad que supone la utilización de una constante referencia a lo innombrable y lo incalificable, muy en consonancia con la escasa categoría como escritor del amigo.

Pensándolo fríamente, es bien cierto que puede interpretarse el uso de este recurso como una forma de evitarse unas descripciones que quizá una pluma más diestra podría elaborar de forma magistral. Sin embargo, confiemos en que no sea así.


lunes, 16 de enero de 2012

sábado, 14 de enero de 2012

Escribir cuento de terror 2


Joan Escudé González
Diferencia entre los términos «literatura fantástica» y «literatura de terror»

Numerosas veces en este estudio se ha utilizado el término «literatura fantástica y de terror», ya que hay muchos problemas a la hora de diferenciarlos en el ámbito que nos ocupa.

Para una mejor comprensión, expongamos un ejemplo: está claro que la aparición de un fantasma en la acción de un cuento produce terror, pero, en efecto, el fantasma es un recurso que nos proporciona lo fantástico, ya que estos seres no existen en la realidad; por tanto, son personajes inventados por la fantasía con la función de asustar a aquellos que leyeran sobre ellos.

Es necesario decir que no toda la literatura fantástica produce un efecto terrorífico, ni tampoco toda la literatura de terror utiliza recursos fantásticos para conseguir su objetivo.

Podríamos establecer la diferencia en el ámbito de la literatura que tratan ambos calificativos. El calificativo fantástico se usaría para establecer el ámbito al que pertenece el relato, es decir, al que pertenecen sus recursos, su ambientación, sus personajes, etc. El término de terror queda reservado para el efecto que produce la lectura de la obra sobre el receptor del mensaje, la impresión que produce en el lector, es decir, la lectura de historias ambientadas en extraños lugares y en las que aparecen extraños personajes pueden producir miedo en el lector, convirtiéndose por tanto la susodicha historia en una narración de terror.

La justificación para esta distinción es muy clara. El miedo más intenso es el miedo a lo desconocido y ¿qué se desconoce más que lo que no existe? Además, si a este desconocimiento se añaden otros eternos temas que producen miedo como la muerte, el dolor o la tortura, el efecto es mucho más intenso, y es de aquí de donde salen los seres sobrenaturales que pueblan los universos de la literatura fantástica y de terror de los últimos siglos.





Enlace: Parte I "Escribir cuento de terror"



domingo, 8 de enero de 2012

sábado, 7 de enero de 2012

¡Que pase el desgraciado!


Relato en una semana de cama con laringitis -2011-

Por las tardes (creo que a eso de las cuatro), parecía que todo el barrio sintonizaba en la televisión el programa de la Señorita Laura Bozzo; yo un poco somnolienta de vez en vez abría los ojos pretendiendo poner atención a las historias de maltrato, infidelidad, engaño, abandono, adulterio y toda la cauda de tragedias que se desprenden de la ausencia de autorrespeto y una moral convenientemente holgada.
Mentiras y más mentiras descubiertas; nunca he entendido el por qué de esos engaños, me parece que todo es tan simple como decir “he decidido dejar esta relación” y pelillos a la mar. Está claro que el “desgraciado” no quiere responsabilizarse de las consecuencias de sus decisiones, calenturas, o lo que sea que le resulta al parecer tan placentero que se juega entre otras tantas cosas la salud, el matrimonio, la familia, la reputación… y pone de manifiesto la ausencia de gobierno de sus instintos primarios, si, me refiero a la lujuria. Pobres seres dando vueltas en sus miserias, repitiendo una y otra vez la misma historia por generaciones, perpetuándose en descendencia que hereda la ausencia de valores, que viven sus dolorosas historias y aprenden a fingir y pretenden no recordar los abusos sexuales y emocionales a que fueron sometidos y que ahora profieren. Hoy solo les queda su inseguridad que necesita reafirmarse copulando con una, otra y otra sin llegar jamás a sentirse satisfechos, y su autoestima sigue más y más pequeñita. La gota que derrama el vaso es cuando no admiten que algo anda mal, de inmediato -nunca falla- buscan culpar a quien tienen a mano, sin reconocer que cada vez sentencian a una “culpable” diferente.
¿Qué más da? – este sórdido episodio ya lo he visto. Con permiso Señorita Laura, el sueño y el hastío me induce a disparar el ‘off’ del mando a distancia y dormir mi siesta llevándome a mi sueño el eco de su frase: “¡que pase el desgraciado!”.

Ro

lunes, 2 de enero de 2012

Nadie se cruza en tu vida por azar

Las personas entran en tu vida, por una razón, por una estación o por una vida entera.

Cuando percibas cual es el motivo, vas a saber qué hacer con cada persona.

Cuando alguien está en tu vida por una razón...

Es, generalmente, para llenar una necesidad que has demostrado tener.

Ellas vienen a ayudarte con una dificultad, proporcionarte apoyo y orientación, ayuda física, emocional o espiritual.

Podrán parecer un regalo de Dios, ¡y lo son!

Están ahí por la razón que tú necesitas que estén ahí.

Entonces, sin ninguna actitud errónea de tu parte o en una hora incierta, esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin.

Algunas veces, esas personas mueren.

Algunas veces, simplemente se van.

Algunas veces, actúan y te fuerzan a tomar una posición.

Lo que debemos entender es que nuestras necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos y el trabajo de ellas hecho.

Tus oraciones han sido atendidas.

Y ahora, es tiempo de marcharse.

Cuando las personas entran en nuestras vidas por una estación... Es porque llegó su vez de repartir, crecer y aprender.

Ellas te traen la experiencia de la paz, o te hacen reír.

Ellas te podrán enseñar algo que nunca has hecho.

Ellas, generalmente, dan una cantidad enorme de placer.

¡Cree! ¡Es real!

Pero solamente por una estación.

Relaciones de una vida entera... enseñan lecciones para la vida entera. Cosas que debes construir para tener una formación emocional sólida.

Tu tarea es aceptar la lección, amar a la persona y poner en práctica lo que has aprendido en todas tus otras relaciones y áreas de tu vida.

Se dice que el amor es ciego, pero la amistad es clarividente.


~Autor desconocido~



Enlace: "El Primer Día del Nuevo Año" por Amelia Díaz Benlliure




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Menos Violencia, Más orgasmos

¡Subvertir la violencia en placer! El orgasmo, más allá de la experiencia físico-corporal, es ícono de entrega y amor. El apoyo, la unión, la empatía entre mujeres nos ayuda a crecer y tener la fuerza de 'todas a una'.