¡Dios!
¡Cómo ahogan las lágrimas atoradas!
Hace más de un año que necesito llorar y llorar hasta quedarme dormida.
Y lo absurdo es que he dejado de lado esta sana práctica por no provocar la lástima de nadie.
Antología, narrativa, cuento, relato.
YO AHORA SOBREPASO MI TRADICION FINANCIERA FAMILIAR. Yo honro las raíces de mi familia. Yo reconozco la lucha y el sacrificio de mis padres y sus padres. En agradecimiento a todo lo que se me ha dado, yo ahora doy un salto a territorio desconocido. Yo exploro un nuevo mar de prosperidad. A partir de los logros de mi familia, supero su historia financiera y abrazo el éxito ilimitado. Gracias, Dios"
✬Bob Mandel✬
Por muy oscuro que esté, tengo la certeza de que volverá a brillar la luz.
Acepto lo que no puedo cambiar. Ya se trate de mí mismo, de otras personas o de las circunstancias, sé que necesito armarme de paciencia. La situación puede prolongarse.
La solución que yo adopte no tiene que ser la tuya. Elijo la que me libera de mis propias expectativas y de las expectativas de los demás, de todas las ideas preconcebidas acerca de cómo deberían ser idealmente las cosas.
Me permito sentir ira y tristeza o tener miedo. Pero no estoy a merced de mis sentimientos. Les doy espacio y decido cuándo es hora de pasar a otros pensamientos y cambiar el estado de ánimo.
Asumo la responsabilidad sobre mí mismo. Nadie más determina qué es lo que yo pienso, siento y hago. Soy yo quien configura mi propia vida.
No estoy solo. Si no me obstino en esperar o en estar dispuesto a recibir ayuda de ciertas personas, permanezco abierto a ofertas inapropiadas. Poder introducir una diferencia positiva en la vida de otras personas me fortalece a mí mismo.
Sea cual sea lo que deje a mis espaldas y con independencia de lo importante que pueda ser, tengo un futuro para el que pueda prepararme interiormente. Mis expectativas determinan de algún modo lo que esté por venir.
Todo lo que he vivido es mi capital, le pertenece a mi persona y a mi vida, No repetiría voluntariamente todas las experiencias, pero tampoco quisiera prescindir de ellas, porque sin ellas yo sería otra persona. Lo que soy y la manera en que puedo cambiar está íntimamente relacionado con lo que fui (y con lo que fue).
M. Gruhl, “El arte de rehacerse: la resiliencia“
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLas lágrimas ahogan cuando el canal está obturado...Una vez se "desatasquen" los sentimientos y el corazón palpite en la libertad de volverse a enamorar... Es el momento de respirar aire puro, llorar de alegría y sentirse de nuevo viva.
ResponderEliminarEn la vida pasamos por muchas etapas y todas son lecciones para engrandecernos o cerrar página y volver al capítulo siguiente. A eso se le llama "concordia vital"
Un abrazo,
Rosa María
Cierto querida Rosa María: La autora de este post y el anterior, pone voz a las dudas y certezas que suelen envolver situaciones tan humanas que nos identifican.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo
Ro
Entiendo ese sentimiento de querer llorar y no poder, sentir que necesitas hacerlo ya o explotaras y te ahogaras en tu propio llanto...
ResponderEliminarun beso
Antares: Las emociones son como una gran ola que no puedes evitar, y cuando lo intentas como la chica que escribió el post... terminas reconociendo que el autoengaño, o la evasión, no sirven de mucho, tarde o temprano como los ríos en época de lluvias, encontraran su cauce y se abrirán paso.
ResponderEliminarAbrazos emocionados para ti.
Ro